... y al final lo descubrió. Le costó el alma y muchísimas lágrimas. Errores y caídas. Pero se dio cuenta de que lo que necesitaba para ser feliz era ese abrazo, ese beso, esa mirada, esa sonrisa, esa pelea, esas cosquillas, esa palabra, esos ojos, esa voz, ese, eso, ese, eso, ese. ÉL.
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